Iztapalapa – Ciudad Mural

En lo alto del Cerro de la Estrella en Iztapalapa hace cientos de años los pobladores realizaban un ritual de renovación: el ritual del fuego nuevo. A la luz de este fuego se sembró Ciudad Mural Iztapalapa. Germinó en el pueblo originario de Santa María Aztahuacan, en hogares llenos de historia y tradiciones. Se nutrió de la energía cotidiana con la que los habitantes disfrutan su cultura. Creció entre las calles que fueron decorando atardeceres lluviosos, del cariño, la hospitalidad y alegría de su gente; al son de la música de banda, con el abrigo del café, entre fuegos artificiales y el compartir de risas y anécdotas.
Aquí nos sentimos en casa porque siempre hay espacio para recibir visitas, y corazón para festejarlas. Agradecemos a quienes decidieron habitar junto con nosotros este proyecto: sus momentos, sus historias y sus sabores. Reconocemos la fuerza y convicción de su vivir como tierra fértil en la florecen recuerdos y se cosechan nuevos colores.

Especialmente agradecemos a la familia Jiménez García por hacernos sentir bienvenidos desde el primer día, y haber sido siempre un hogar para todos; por la comida, las risas y los momentos que compartimos. A Doña María por siempre estar para nosotros, por sus consejos sabios, y por compartir la experiencia de cocinar en equipo. A la unidad básica de rehabilitación «Las garzas» por habernos permitido conocer, colaborar y co-crear con las maravillosas personas que asisten al centro. A Doña Lety por siempre transmitirnos su alegría y generosidad. Al Grupo Cultural Ollin por compartirnos la historia del pueblo, por mostrarnos su belleza. A Raymundo y Karina por ser convertirse en grandes amigos de todos y todas nosotras, y por siempre estar atentos a colaborar y aportar. A Don Marcelo por confiar en nosotros y abrirnos de par en par las puertas de su hogar, por las sonrisas y los buenos ratos. A Eli y Martín por mostrarnos que la gente de Santa María es unida y cálida, por estar siempre atentos a las necesidades de la comunidad. A Raúl Galindo por ser un gran amigo, por todo el apoyo brindado en lo que hizo falta, y por su amor hacia nuestro trabajo. A Grupo Daikokú por enriquecer este proyecto con su música.

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