Comunicación no violenta y el trabajo comunitario

¿Qué es la comunicación no violenta y qué papel juega en el trabajo comunitario?

Desde 2009, Colectivo Tomate ha trabajado con las comunidades de México. Esta labor nos ha llenado de aprendizajes y de logros que nos enorgullecen y que son visibles en la vida cotidiana de las personas. Una de las herramientas metodológicas que hemos utilizado para cumplir nuestra misión de generar encuentro y conexión para la transformación de las comunidades es la comunicación no violenta (CNV).

Fanzine WOM

Pero antes que nada, ¿qué es la CNV?

La CNV es una herramienta que creó el psicólogo estadounidense Marshall Rosenberg (1934-2015), de la Universidad de Michigan, para que las personas se aproximen a otras  de una manera más empática y así puedan resolver sus necesidades más fundamentales. Busca generar una comunicación más efectiva, acudiendo a la honestidad y a una mentalidad abierta capaz de suspender cualquier tipo de juicio que nos aleje de los demás. Aquí te compartimos un video de una charla en la que Rosenberg nos platica sobre la CNV. 

En su libro Comunicación no violenta. Un lenguaje de vida, Rosenberg nos cuenta lo siguiente:

Mientras estudiaba los factores que afectan a nuestra capacidad de ser compasivos, me sorprendió comprobar la función primordial que desempeñan tanto el lenguaje en sí como el uso que hacemos de las palabras. Desde entonces fui identificando un enfoque específico de la comunicación  ─hablar y escucharque nos lleva a dar desde el corazón, a conectarnos con nosotros mismos y con otras personas que permite que aflore nuestra compasión natural. Doy a este enfoque el nombre de “comunicación no violenta”; uso la expresión “no violenta” en el mismo sentido en que la utilizaba Gandhi al referirse a la compasión que el ser humano expresa de un modo natural cuando su corazón renuncia a la violencia (2006, p. 18).

En nuestro día a día, usamos las palabras de manera utilitaria, con el fin de hacer cosas, expresar nuestro punto de vista y nuestros deseos; en ese proceso, aunque no lo queramos e incluso sin darnos cuenta, solemos hacer uso de la violencia. Esto puede herir a otras personas y su reacción tenderá a ser todavía más violenta. Éstas son pautas de comunicación de “defensa, de huida o de ataque ante los juicios y las críticas de otras personas” (2006, p. 19) que ya se han hecho normales en nuestra cotidianidad. Sin embargo, afirma Rosenberg, la comunicación y sus efectos pueden tener resultados más positivos y armónicos.

La CNV implica redimensionar el lenguaje con el fin de que se use para expresar y escuchar, de modo efectivo y empático, a las demás personas. Implica desmontar el automatismo de nuestras reacciones y de ser mucho más conscientes de la manera en que nos sentimos. En este sentido, la CNV “nos ayuda a expresarnos con sinceridad y claridad, al mismo tiempo que prestamos atención respetuosa y empática  a los demás”. (2006, p. 18).

Según Tomás Darío Pérez, que ha estudiado y practicado las herramientas de Rosenberg, la CNV se divide en cuatro componentes:

  1. Observar. Separar lo que observamos de lo que interpretamos. Una interpretación es individual y no necesariamente parte de un hecho. Lo que buscamos es observar qué es lo que está pasando. 
  2. Identificamos nuestros sentimientos. ¿Qué es lo que siento? Necesitamos reconocer con claridad nuestros sentimientos con respecto a lo que está sucediendo. 
  3. Identificar mis necesidades. Al explorar mis sentimientos, descubriré que detrás hay necesidades que buscan satisfacerse. ¿Qué necesidad está impulsando mis sentimientos? 
  4. Después de haber observado e identificado mis sentimientos y  mis necesidades.  Explorar si hay algo que me gustaría pedir con claridad a otra persona, algo que haga o deje de hacer. Busco hacer solicitudes, sin que éstas sean demandas o amenazas y así generar un espacio donde la otra persona pueda elegir qué hacer o no hacer, sin presiones ni manipulaciones.

La CNV, por tanto, implica una consciencia no juiciosa de nuestro entorno, una búsqueda cuidadosa en nuestras propias emociones y una comunicación y entendimiento más claros, respetuosos y empáticos.

Entonces, ¿cómo usamos la CNV en Colectivo Tomate?

Nuestra relación con las comunidades involucra una compleja pero siempre satisfactoria experiencia. Los desafíos suelen ser distintos y esto involucra una reflexión constante sobre nuestra metodología. ¿Cómo aproximarnos a las personas?

Nunca sobra recordar la razón de ser de Colectivo Tomate: “Generar y facilitar procesos de encuentro y conexión entre las personas para fortalecer la confianza colectiva que detone la participación para la transformación del entorno”. Junto con las artes participativas, como el muralismo y el teatro, la CNV es una poderosa herramienta para generar espacios de encuentro y confianza entre las personas de la comunidad. Éstos son espacios creados con una nueva dimensión del lenguaje, una más consciente, empática y libre de juicios. Estos espacios nos permiten ─al equipo operativo y a la comunidad─ recordar que todas y todos somos humanos, que nos equivocamos, que acertamos, que tenemos necesidades que tienen que ser cubiertas y que, con la colaboración de todas y todos, se pueden satisfacer. 

En Colectivo Tomatetenemos la certeza de que acudir a la CNV puede generar nuevas relaciones entre las y los vecinos de las comunidades para que encuentren un espacio de confianza y de apoyo entre ellas y ellos. Y con nuestros proyectos, esta confianza puede canalizarse hacia una transformación del entorno, una que sea elegida por las personas que integran la comunidad. 

Y esto sólo es un pedacito de nuestra aventura comunitaria. ¿Quieres saber más? Síguenos en nuestras redes sociales.

Referencia: Rosenberg, M. (2006). Comunicación no violenta. Un lenguaje de vida. Gran Aldea Editores.